Suaves, mimosos con la piel, comestibles, aterciopelantes y cómplices, los polvos de miel son un hallazgo para explorar nuevas complicidades.
Permiten una experiencia sensual completa: la imaginación, las risas y el juego se disparan al esparcirlos sobre las zonas sensibles del compañero con una traviesa pluma -que viene incluida-; las caricias están aseguradas al notar la nueva tersura y suavidad de la piel, y los estremecimientos, el goce sensitivo, la picardía y la pasión explotan al pasar la lengua por los puntos cosquilleados por la pluma o al comer y/o devorar al amante, con delicadeza exquisita, con golosa parsimonia o con voracidad.
Para derrochar sensualidad por cada poro de vuestros cuerpos con cuatro sabores: cereza ardiente, sentimiento de frambuesa, lujuriosas frutas exóticas, y tierna miel de ninfas.
Contenido 228 g.